El corazón es un músculo como muchos que tenemos en nuestro cuerpo, claro que éste tiene la particularidad de que está asociado a la vida, al “sentir”.
En el Mes del Corazón, recibiremos distintas sugerencias para adquirir hábitos para mantener nuestro corazón saludable, para que este músculo no pare de latir, o al menos, no lo haga prematuramente. En cuanto a nuestra salud física, se nos recomienda mantener una dieta equilibrada, adquirir hábitos saludables como el ejercicio o deportes y eliminar o disminuir otros, como el consumo de tabaco, de azúcares y alcohol.
Pero ¿qué pasa con la adquisición de hábitos saludables para nuestra salud mental, emocional?. La pregunta es pertinente considerando que una depresión y /o estrés pueden ser tan adversos como el consumo de tabaco o una dieta alta en grasas, aumentando las probabilidades de desarrollar una enfermedad coronaria o de sufrir un ataque cardiaco. Por lo tanto, debemos incorporar también hábitos para que nuestros pensamientos, actitudes y emociones se canalicen de manera saludable.
El estrés en sí, no es malo. Más aún, es necesario, porque sirve para superar las situaciones que demandan más esfuerzo y activación, nos ayuda a adaptarnos a las exigencias y nos permite una mayor agilidad de pensamiento. Una conducta más energética puede aumentar nuestra eficacia, sin necesariamente tener consecuencias negativas para nuestro organismo, e incluso, puede favorecer el aumento de autoestima, al logar un mejor rendimiento y haber superado ciertos obstáculos de manera exitosa. Sin embargo, puede comenzar a ser perjudicial cuando se mantiene en el tiempo este nivel de exigencia y no hay pausas para recuperar la energía y/o recursos emocionales o físicos que se desgastaron.
Los sentimientos de tristeza, miedo, angustia, de desesperanza, apatía y de soledad, pueden llevar a la persona a generar conductas que pueden ser perjudícales para la salud cardiovascular, al igual que una actividad física reducida, una alimentación pobre, y/o consumo de alcohol y tabaco. Por el contrario, la paz, serenidad y mantener una actitud positiva pueden llevar a que ese corazón pueda latir por larga data.
Hábitos saludables que podemos incorporar!
No cuente los años que pasaron, porque con lo bueno o malo que hayan tenido, ya son pasado y nada puede hacer por ellos. Cuente los años que realmente tiene, vale decir , los que quedan hacia delante y piense en nuevos proyectos, en hacer lo que nunca hizo, o ir donde nunca fue y siempre quiso ir. El ayer ya no es suyo, pero posee todo el mañana: ¡aprovéchelo y vívalo!
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